Se trata de una planta de tallo, fácil, de origen asiático que crece en arrozales en la naturaleza. Tiene una hoja dura y un tallo grueso, por lo que aporta una sensación de robustez, aunque en realidad es frágil si se tuerce.
En caso de que tenga un aporte de CO2 suficiente y buena iluminación, las puntas pueden tener un tono rojizo. No es necesario el CO2 ni la iluminación pero mejorarían mucho su estabilidad y crecimiento.
Es necesario podarla con frecuencia para mantener la densidad y vigorosidad de la planta más tiempo. Llega a crecer unos 25 cm.