El funcionamiento es sencillo: por un lado aumenta la superficie disponible para las bacterias aeróbicas responsables de la oxidación de los compuestos nitrogenados; por otro lado mejora la cantidad de oxígeno disponible para esas bacterias.
Recomendamos que este material sea el último, primero una filtración mecánica para evitar saturar las biobolas. También es bueno limpiarlas cada cuatro o cinco meses con agua del acuario, dejando sucias la mitad de ellas (aprox).